Ferrari agoniza, Hamilton vuela
Tensión máxima, Vettel se jugó el tipo en el tráfico y Leclerc fue con todo encabezando al pelotón, echando en falta un rebufo en Spa-Francorchamps, en busca de la gesta del día. Los dos pilotos de Ferrari a la desesperada para lograr el objetivo de… salvar el corte de la Q1. Al primer intento no lo consiguieron, pero sí en el segundo, sobre la bandera a cuadros y superando a los clientes de Alfa Romeo y Haas, buen gesto. Hace un año los dos protagonizaron una espectacular lucha por la pole y ocuparon la primera línea del GP de Bélgica, pero al volante del Ferrari de la vergüenza, el SF1000, y su mediocre motor (revisado en invierno para no incurrir en ilegalidades), el 13º y 14º logrado este sábado en el trazado de Las Ardenas mejora las expectativas. “No se puede hacer más”, espetó Leclerc por radio a los ingenieros. Y eso ya dice mucho de la situación actual en Maranello y de la tormenta que se viene encima días antes del GP de Italia y el GP de Ferrari. El homenaje en Mugello a sus 1.000 grandes premios de F1 puede variar entre Maracanazo y velatorio.
No tienen potencia, falta velocidad punta y tampoco vale la carga aerodinámica que generan. Un antagonista completo del avión que pilota Lewis Hamilton, cuyo sonido se confundirá este domingo con los F-16 que sobrevolarán la parrilla antes de la carrera. El británico logró la quinta pole de la temporada y la enésima de su carrera (son 93) por delante de Bottas y Verstappen. Todos en su sitio, como en Barcelona, y eso que esta vez Mad Max rozó la machada y se quedó a 15 milésimas de separar con el Red Bull a las antiguas flechas de plata. Mérito suyo, por rendir por encima de lo que ofrece su máquina, o demérito de Valtteri por acabar a siete décimas del campeón. O todo a la vez. No sufrió el británico, no le inquietó nadie, en un circuito exigente de siete kilómetros con curvas de muy alta velocidad su dominio se acentúa a la par que se intensifica el drama en el garaje de al lado, ese con los operarios vestidos de color rojo.
Verstappen, sin embargo, sí tuvo que emplearse para que no le superasen los viejos conocidos de la zona media. Daniel Ricciardo, sensacional durante todo el fin de semana, llegó a situarse tercero virtual y finalmente saldrá cuarto con el Renault. El monoplaza francés ha reforzado sus prestaciones a una vuelta, ya eran buenas en carrera, y puede empezar a soñar con podios en carreras locas, de esas que a veces se dan en Spa. Albon fue quinto y Ocon, compañero del australiano y futuro compañero del asturiano, sexto. Quizás Fernando Alonso sonría viendo los resultados del RS20, a lo mejor no hay que rebajar tanto los objetivos de 2021.
Carlos Sainz perdió en esa guerra, contra los Renault, pero acabó por delante de los dos Racing Point y comenzará la carrera séptimo, con opciones de luchar por buenos puntos y enderezar una temporada que se torció al inicio. El madrileño sacó la garra cuando las vueltas sirven para algo, el sábado por la tarde, y acabó por delante de su compañero (Norris fue 10º) cuando durante el fin de semana las impresiones eran otras. Correrá mirando hacia adelante y hacia atrás, al menos habrá emoción en esa franja del pelotón. Delante, apenas Max puede incordiar a Hamilton. Detrás, se supone que Ferrari sólo puede ir a mejor. Peor, imposible.
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